Te estarás preguntando cómo crear un flujo de caja proyectado, una herramienta esencial para monitorear la liquidez, ya sea a nivel personal o empresarial. Antes que nada, es crucial comprender que esta herramienta te permite observar el flujo real de efectivo que entra y sale durante un período específico.
El flujo de caja te servirá para:
- Evaluar tu capacidad de pago de deudas.
- Determinar cuánto dinero tienes disponible para inversiones.
- Establecer un presupuesto para la adquisición de mercancías.
- Identificar si necesitas financiamiento para mantener tu negocio en funcionamiento.
- Anticipar y gestionar eventos que puedan resultar en problemas de solvencia financiera.
Dado lo fundamental que es el flujo de caja, a continuación, te presentamos siete pasos sencillos que te convertirán en un experto al preparar un flujo de caja proyectado.
7 pasos para crear un flujo de caja proyectado
1. Calcule el saldo inicial o punto de partida del flujo de caja
Comienza el proceso de proyección del flujo de caja determinando el saldo inicial disponible en tu negocio. Para hacerlo, suma los saldos finales de todas tus cuentas bancarias, lo que te permitirá establecer el saldo inicial que utilizarás en la proyección del flujo de caja.
2. Proyecta los ingresos para el período
Una vez que hayas establecido el saldo inicial para el período que deseas proyectar, procede a estimar cómo se generarán los ingresos en tu negocio. Puedes basarte en datos históricos de meses anteriores si tu negocio tiene un patrón recurrente. También, en el caso de negocios que venden a crédito, puedes consultar el registro de cuentas por cobrar y estimar los ingresos de las facturas pendientes de acuerdo con sus fechas de vencimiento.
3. Estima los gastos para el período
Una vez que has proyectado los ingresos, es fundamental incorporar en el flujo de caja proyectado los desembolsos relacionados con tus compromisos financieros. Para lograrlo, puedes categorizar estos gastos en varias áreas, como Proveedores, Servicios, Empleados, Publicidad y Mercadeo, Impuestos, Inversiones, entre otras. Es esencial identificar las categorías más significativas que configuran la estructura de gastos de tu negocio y que reflejan las partidas más relevantes.
4. Calcular el saldo operativo
Una vez que hayas estimado los ingresos y egresos operativos para el período de análisis, es hora de determinar el saldo operativo. Esto se logra restando los egresos de cada mes de los ingresos, lo que te permitirá verificar si tu negocio genera ingresos suficientes para cubrir los gastos operativos en cada mes. Este indicador es de vital importancia, ya que te ayudará a definir estrategias de financiamiento en caso de déficit o estrategias de inversión y colocación en caso de excedentes de efectivo.
5. Proyectar las inversiones
Si tienes planes de realizar inversiones con el capital de la empresa, este es el momento adecuado para incluirlas en la proyección del flujo de caja. En esta etapa, es crucial determinar en qué mes tendrás suficiente saldo operativo para llevar a cabo estas inversiones. Si, por otro lado, planeas solicitar un crédito para financiar una inversión específica, debes reflejarlo en el mes en el que prevés obtener el crédito y luego asignarlo a la inversión.
6. Proyectar los costos financieros, pagos de deudas y posibles nuevos créditos bancarios
En este punto, es el momento de proyectar los desembolsos relacionados con los compromisos financieros. Para determinar los costos financieros, así como los pagos de intereses y amortizaciones de deudas, la fuente de información principal son las tablas de amortización de los préstamos que hayas adquirido. Estas tablas te permitirán calcular los montos de los intereses y las cuotas a pagar.
En esta categoría, incluye todos los pagos previstos para intereses de préstamos y el abono o amortización de las deudas con las entidades bancarias. Recuerda estimar siempre los intereses y las cuotas de las nuevas deudas que planees solicitar, de modo que al incluirlas en el flujo de caja proyectado, estés teniendo en cuenta el cumplimiento de los compromisos que preveas asumir en el futuro cercano.
7. Determina el saldo final del flujo de caja
Hasta este punto, hemos calculado el saldo operativo, que se obtiene de la diferencia entre los ingresos y egresos, y hemos proyectado las inversiones, los costos financieros y la deuda neta (nuevas deudas menos amortizaciones).
Ahora es el momento de calcular el saldo final de cada mes, lo cual te permitirá determinar si el flujo de efectivo de tu negocio genera saldos negativos o, por el contrario, produce excedentes. Esto te dará la oportunidad de analizar y decidir si es necesario tomar medidas para mejorar la situación o aprovechar los excedentes.
Para calcular el saldo final, simplemente suma el saldo inicial al saldo operativo y luego resta las partidas de inversiones, costos financieros y deuda neta. El saldo final que obtengas al final del primer mes se convierte en el saldo inicial del mes siguiente, y así sucesivamente.
En conclusión, el flujo de caja proyectado es una herramienta esencial para la gestión financiera tanto a nivel personal como empresarial. Proporciona una visión clara de cómo los ingresos y egresos se comportarán en un período futuro, lo que permite tomar decisiones informadas y estratégicas. A través de una planificación adecuada, se pueden anticipar problemas de liquidez, identificar oportunidades de inversión, y evaluar la capacidad de pago de deudas.
La proyección del flujo de caja implica una serie de pasos clave, desde calcular el saldo inicial hasta determinar el saldo final de cada mes. Al llevar a cabo este proceso de manera rigurosa, se obtiene una valiosa hoja de ruta financiera que facilita la toma de decisiones y el logro de los objetivos financieros. En resumen, el flujo de caja proyectado es una herramienta poderosa para mantener la estabilidad financiera y el crecimiento sostenible tanto a nivel personal como empresarial.