En el mundo de los negocios en Chile, existen tres tipos de factura o, más precisamente, tres condiciones de pago: contado, crédito y sin costo. Siendo el crédito, la condición de pago más comúnmente utilizada, la cual se emplea cuando aún no te han pagado. Por otro lado, la opción de contado se debe utilizar únicamente cuando la factura ha sido abonada en su totalidad antes o en el momento de su emisión.
Lo habitual es que las empresas que ofrecen servicios emitan la mayoría de sus facturas a crédito, mientras que las empresas minoristas optan por emitir facturas al contado debido a que sus clientes pagan en caja antes de llevarse el producto. Sin embargo, no es raro encontrarse con pymes que emiten facturas al contado cuando no deberían hacerlo.
De acuerdo a la ley, cuando emites una factura al contado, significa que tu cliente no te debe absolutamente nada por concepto de esa factura. Lo complicado de esta situación es que si tu cliente aún no te ha pagado, no está legalmente obligado a hacerlo. En este caso, solo puedes apelar a su ética profesional, ya que no puedes presentar un reclamo legal ni judicial ni tampoco ceder la factura a un tercero.
Por esta razón, las facturas al contado no tienen una cuarta copia cedible. Lo más conveniente en este escenario sería hablar con tu cliente, emitir una nueva factura con la condición de crédito y, una vez que la factura sea aceptada o no reclamada después de 8 días, simplemente anular la factura anterior.
Debido a estas razones, te recomendamos que siempre emitas facturas a crédito y solo utilices la opción contado cuando ya tengas el dinero en tus manos o en tu cuenta corriente. No importa si te pagan con un cheque al día, ya que ese cheque podría ser protestado por falta de fondos. Al seguir esta práctica, te ahorrarás una gran cantidad de problemas y dolores de cabeza, además de proteger tus finanzas de posibles consecuencias negativas.
Los Peligros de las Facturas al Contado
La emisión de facturas al contado conlleva una serie de riesgos que pueden afectar seriamente la salud financiera de tu empresa. En primer lugar, al emitir una factura al contado, estás confiando en la buena voluntad y ética profesional de tu cliente para que realice el pago. Sin embargo, no tienes ningún mecanismo legal para hacer cumplir el pago si tu cliente decide no hacerlo.
Este escenario puede ser especialmente problemático en situaciones en las que el monto de la factura es considerable y representa una parte importante de tus ingresos. Si tu empresa depende en gran medida de esos ingresos para cubrir gastos operativos, el no recibir el pago puede generar desequilibrios financieros significativos e incluso poner en riesgo la viabilidad de tu negocio.
Otro aspecto importante a considerar es la falta de respaldo documental y legal que conlleva la facturación al contado. Al no tener una cuarta copia cedible de la factura, no tienes una prueba tangible de la transacción y de los términos de pago acordados. Esto puede generar conflictos y disputas en el futuro, ya que no hay un documento legalmente válido que respalde la deuda y las condiciones de pago.
Además, las facturas al contado no pueden ser factorizadas, lo que significa que no puedes transferir la deuda a un tercero para obtener financiamiento o liquidez inmediata. Esto limita tus opciones para gestionar el flujo de efectivo de tu empresa y puede afectar tu capacidad para realizar inversiones o expandir tu negocio.
La Importancia de las Facturas a Crédito
Para evitar los riesgos asociados con las facturas al contado, es fundamental que optes por emitir facturas a crédito. Al hacerlo, estás estableciendo condiciones claras de pago y tienes un respaldo legal en caso de que debas hacer valer tus derechos.
Las facturas a crédito te brindan mayor seguridad y protección financiera. Al tener un documento legalmente válido que respalde la deuda, puedes tomar acciones legales para cobrar la factura si no se realiza el pago en el plazo acordado. Esto te proporciona un recurso efectivo para garantizar que se cumplan tus términos de pago y mantener la salud financiera de tu empresa.
Además, las facturas a crédito te permiten utilizar opciones de financiamiento como el factoring o factorización. Mediante la factorización, puedes ceder tus facturas a una entidad financiera y obtener un anticipo del monto pendiente. Esto te brinda acceso a fondos inmediatos que puedes utilizar para cubrir gastos operativos, pagar a proveedores o invertir en el crecimiento de tu empresa.
Como mencionamos, la emisión de facturas al contado conlleva riesgos significativos para las empresas. La falta de respaldo legal y la imposibilidad de cobrar judicialmente estas facturas aumentan el peligro de impagos y disputas. Además, la incapacidad de factorizarlas limita las opciones de financiamiento y dificulta la gestión del flujo de efectivo.
Por el contrario, emitir facturas a crédito ofrece mayor seguridad y protección financiera, estableciendo condiciones de pago respaldadas legalmente y permitiendo la posibilidad de recurrir a la factorización para obtener liquidez.
Para proteger sus finanzas, las empresas deben optar por la emisión de facturas a crédito, establecer plazos de pago claros, realizar un seguimiento meticuloso de los pagos y contar con un sistema de contabilidad confiable. Al tomar estas medidas proactivas, las empresas podrán proteger su salud financiera, mantener un flujo de efectivo estable y fortalecer su posición en el mercado, asegurando así el éxito y el crecimiento a largo plazo.