El ejercicio bancario debe ser uno de los procesos burocráticos más enervantes que debe enfrentar un emprendedor promedio. Quizás por eso, obtener una boleta de garantía, en su rol de instrumento que asegura el pago de una garantía en alguna licitación, puede ser considerado un verdadero "cacho" (dolor de cabeza, lata, desagrado, etc.)
Definidas como un documento que garantiza el cumplimiento de obligaciones de dinero con la finalidad de indemnizar en el caso del no cumplimiento, su función en el proceso de licitación es dar la seguridad al contratante de que el emprendedor cumplirá con lo estipulado en las bases. ¿Por qué? Porque si no existieran, muchos participarían del mercado público sin tener el respaldo para cumplir lo licitado y la confianza en el sistema caería. Por eso, participar y no cumplir, podría costarte muy caro.
De partida, las boletas de garantía son emitidas por los bancos, lo que te amarra automáticamente a una institución (otra más). Para obtenerla, en forma de vale vista dirigido al licitador, se debe depositar un monto en dinero, usualmente acorde a un porcentaje por determinar en las bases de la licitación. En caso de no tener liquidez, (si eres emprendedor y tienes liquidez, eres un extraño en el “mundillo”), existe la posibilidad de sacar un crédito bancario, lo que tampoco es una gran idea.
Ojo, que en caso de cumplir con las responsabilidades de la licitación, o simplemente no ganarla, la boleta de garantía queda nula. No se cobra, tu plata queda intacta o el crédito no se ejecuta. Es como si nada, ya que el espíritu de la misma es, precisamente, incentivar al emprendedor a cumplir y no amarrarte con otra deuda más.
Pero, si fallas, se cobra. Puede ser pagadera la vista o a plazo, decisión que depende, nuevamente, de las bases de la licitación.
Como el dinero no fluye en las pymes como uno quisiera, no todos tienen la espalda financiera para conseguir una boleta de garantía. Por eso se crearon los certificados de fianza, instrumentos de garantía que no inmovilizan los fondos, ya que no exigen ni depósito ni crédito.
Esto le permite al emprendedor cubrir otras prioridades de su empresa, e incluso presentar más licitaciones. Y si bien gratis no son, el valor de la tasa, de 1,8 UTM, es infinitamente menor que cualquier porcentaje determinado por las bases de la licitación, sobretodo cuando son en montos superiores a 2.000 UTM.
El certificado de fianza, a diferencia de la boleta de garantía, es casi como pagar un miniseguro. Y es mucho más fácil obtenerlo. Sólo entra a este link https://garantiamercadopublico.cl para obtener una garantía de seriedad de la oferta, o a este otro para una garantía de fiel cumplimiento, ingresa el RUT de la empresa y el número de licitación en los espacios determinados y ya. Pagas el monto y en cosa de minutos tendrás el documento.
¡Éxito en las licitaciones!